sábado, 21 de marzo de 2009
Marie
Envejeces Marie, y tus pulmones se convierten en pasarela de metacrilato, en púrpuras cantinas, donde los hombres se detienen a contemplar los rostros de sí mismos, que un día fueron rostro de ti.
Envejeces Marie, y a la interperie tus manos intentan agarrar todo lo vivo, porque todo lo vivo aún te pertenece, igual que un día te pertenecerá toda la muerte.
Envejeces Marie, y tu cuerpo herético sólo es un una excusa que cristaliza el delirio de tu alma.
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